Si el Coronavirus fuera una persona ¿qué personalidad tendría? Como músico, mi imaginación explotó con esas preguntas, ya que imaginé al virus como un ingrediente idóneo para generar una historia, una moraleja y algo qué decir para nuestro contexto social. Siendo así, necesitamos generar un personaje, un tema perenne, un contexto y un conflicto. #Vamoadebrayarlo
Alegoría de moral
Como ahorita están de moda los antihéroes (Ej. Joker, series de narcos y así…), podemos imaginar al virus como tal y además como un personaje de ópera; podría ser un Don Giovanni del s. XXI en esteroides: promiscuo nivel WTF?! detengan a ese loquillo, egoísta, narcisista, astuto y manipulador: un personaje enfermo y super interesante. Ahora bien, como también es un virus, podríamos aprovechar el detalle de que estos organismos necesitan un host o un ser vivo en el cual desarrollarse para después multiplicarse, característica que fácilmente puede ser trasladada a la interacción social de ciertos individuos que viven de los demás para subsistir. Si le agregamos una infancia traumática, podremos tener a un antihéroe hecho y derecho y listo para infectar nuestras mentes.
Con este personaje en mente, podríamos desarrollar una trama o encontrar un tema perenne para que este personaje tenga un drama digno de su multiplicación infecciosa. Podríamos pensar que el argumento de la ópera, que bien podría ser buffa o seria dependiendo en qué región de pánico estés 1, podría tener varias vertientes, en donde la reducción de situaciones podría dar paso a personajes; es decir, los continentes podrían ser personajes, la organización mundial de la salud podría ser el consejero que nadie pela hasta que es demasiado tarde y el Coronavirus podría ser el estafador que lleva a todos a la ruina al demostrar el egoísmo y búsqueda de poder y beneficio entre las partes involucradas.
¿Me la volé con el final del párrafo anterior? Probablemente sí, pero quise hacer un ejercicio para demostrar la capacidad humana de tomar cierta situación, ponerle rostro humano para así encontrar rasgos y lecciones que podrían servir de algo a alguien 2. Esta costumbre de buscarle moraleja a todo no es nada nueva, y la traigo a colación justo ahora porque el centro de este post es el Humanismo en el Barroco y sus consecuencias en el arte, en particular en George F. Handel (1685 - 1759) y una de las obras que pudieron haber precedido a su creación más celebre: el Oratorio, el cual algunos puristas me dirían al oído: “porfavor…no olvides agregar que es inglés; el oratorio inglés, my darling“.
Un alemán que al final fue inglés que se infectó en Italia
Handel también se infectó en Italia. Tanto que se quedó no haciendo cuarentena ahí, sino que se quedó como por cuatro añotes, tiempo en el que seguramente algo se le pegó y se contagió. ¿De qué? De tooooodo lo posible: de música, de gente, de arte, de estilo, de gusto por el buen comer, de ideas, de dinero…de experiencias. Y dentro de estas experiencias el jovencito que llegó a buscar chambas con todos los melómanos dispuestos a escucharle -pagarle-, se topó con un Cardenal pudiente que le dio la oportunidad de componer música para un libreto que él mismo había escrito.
En su libreto, el cardenal Benedetto Pamphili nos da a entender muy rápidamente sus aspiraciones filosóficas y su gusto de subirse al tren del humanismo que habían en su época. ¿Qué tren era ese? el de provocar emociones en los oyentes para difundir la moral eclesiástica y cristiana en medio de presentaciones privadas y suntuosas que dejaban en claro el gusto y el estatus del anfitrión en cuestión como noble, aristócrata o burgués. Handel no la tenía tan fácil, ya que su música debía de tener esa aparente contradicción de mensajes: por un lado entender el drama y profundidad del texto para trasladarlo a música, pero también hacer de ésta algo elegante que reflejara el buen justo de su patrón. ¡Vaya reto!
Aquí es donde, querido lector, quiero hablarles de “Tu giurasti di mai non lasciarmi” un aria que me fascina 3 y es parte del dramma sacro per musica de Handel llamado “Il Trionfo del Tempo e del Disinganno, HVW 46a. Para esta aria, Handel tuvo que hacerse la pregunta del Coronavirus con la que comencé este post: si el Placer fuera una persona ¿cómo sonaría si estuviera ardida o molesta y celosa? Como aspirante a compositora, me imagino al chamaquito de unos ventipocos fascinado ante tal reto..y vaya que lo logró. El placer siempre tiene que sonar seductor, pero estando molesto…debe ser un placer que asfixia sin darte cuenta; que hipnotiza y te enreda con su voz…lo cual, al menos para mi, sucede magistralmente en la interpretación que les compartiré más abajo, pero antes les comparto la letra:
No. 42, Aria: (Andante) | Tu giurasti di mai non lasciarmi | |
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Parte A | ||
Tu giurasti di mai non lasciarmi, | Tu juraste que nunca me dejarías, | |
O il dolore che sia tua mercede. | o que el dolor sea tu merced. | |
Parte B | ||
Se risolvi di più non amarmi, | Si decides ya no amarme, | |
Sai la pena a chi manca di fede. | Conoce el dolor de los que carecen de fe. 4 |
Ya sabiendo qué se les estará diciendo, los invito a infectar sus oídos con la voz de un Placer que busca hipnotizarlos y reprenderlos de haberle traicionado:
Crítica en modo s. XXI
Ahora bien, querido lector o lectora, quise compartir todo este contexto para poder hacer un vil copy-paste de una crítica musical que escribí para la versión ya mencionada de “Tu giurasti”, en donde estoy convencida que Handel buscaba una interacción entre el solista y el público; donde Handel buscaba cuestionar a su audiencia el porqué abandonas al Placer…y en donde inevitablemente se pierde, porque no podemos responder.
Para el estilo de escritura de la crítica, me basé en las columnas de “Modern Love” del New York Times y en los foros en internet donde las personas mandan preguntas a “expertos” o “expertas” del corazón para saber qué hacer frente a ciertas actitudes o situaciones de sus parejas. Esto fue así porque no quería que el texto fuera académico, sino más bien accesible y agradable de leer para gente más joven y que no necesariamente guste de escuchar esta música todos los días. ¿Qué chiste tiene escribir algo que nadie guste de leer? ¿Qué chiste tiene el pretender que la traición y el ardor que provoca es un sentimiento que sólo unos cuantos letrados podrían entender?
La traición es algo que vive en estos días…y veo que muchos lo sienten hacia el gobierno, hacia sus amistades, hacia sus decisiones: hacia la vida. No sé si en el futuro la forma en la que reaccionamos frente a la pandemia se convierta en temas de novelas, películas u otras formas de arte bajo diversas alegorías sobre unión, tragedia, humanidad o egoísmo, pero sí estoy segura de que cualquier cosa que se aprenda de esta situación, podrá ser puesta en escena para que futuras generaciones puedan aprender algo de nuestra humanidad. Lo que es verdad es que si el Coronavirus fuera un personaje de un dramma sacro per musica, Handel lograría hacerlo cantar para seguir provocando emociones a sus oyentes, para seguir reprochando al escucha: “Tu juraste” y sólo el tiempo nos dirá qué.
Leer la crítica aquí
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Regiones de pánico por el Coronavirus: a) Negación o “síndrome del mexicano”, que consiste en poder reírse de lo trágico, absurdo e inevitable en nuestra vida (my personal favourite). b) Seriedad, la cual se define en buscar y asimilar sólo la info de los expertos y fuentes de probada prestigio y trayectoria. c) Grillos, que toman la info en serio y a fuerzas la quieren pintar del partido que les pega su polarizada gana. d) PÁNICOOOOOOOOOOOOOO, todos vamos a moraaaaaaaaar. ↩
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Y #vamoacalmarno porque eso de “servir de algo” puede ir desde: matar el ocio, incentivar la imaginación, reírse de mis líneas o debrayarse muy cañón por su cuenta. ↩
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ME FASCINA, en especial la versión específica que les pongo. Gemma Bertagnolli, marry me!!!! ↩
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Traducción al español por Chikova, osea yo. ↩