El post de la semana pasada realmente fue una pregunta: ¿puede la música significar algo? Realmente los invito a reflexionar un momento al respecto, porque la respuesta es: depende. ¿De qué depende? De según cómo se mire, todo depende 1.
La música por sí misma no significa nada; nosotros le damos su significado.
La verdad desconozco quién fue el primero que lo plasmó en papel y también la cantidad de académicos, maestros y estudiantes que profesan esto todos los días antes de desayunar frente a su altar con imágenes de Palestrina, Handel, Bach, Beethoven, Mozart, [inserte el nombre o los nombres de su agrado aquí]. Con esto quiero reiterar que es información de domino popular incluso fuera del gremio de los músicos 2.
El punto de haber escrito mi análisis por fragmentos; por cachos, era para poder entender la estructura formal de la pieza y así demostrar: dominio técnico, originalidad y poder estético; esto con el fin de encontrar evocaciones, metáforas y relaciones con gestos e ideologías humanas que podrían asociarse a ellos para así darles un significado extra musical. Si en el post pasado hubo algunos principios que no se entendieron del todo, los invitó a scrollear a la sección que dice Percepción Estética, es aquí donde realmente comienza una crítica musical per se; una que intenta ser un puente entre la obra y ustedes.
Aquí creo pertinente el dejarles un link con una de las versiones disponibles en YouTube del andante con moto. Aunque no es la misma que escuché a la hora de analizar, también está cargo de Sir John Eliot Gardiner y la Orquesta Revolucionaria y Romántica, misma que mencioné en el post anterior:
Sin más, les dejó la segunda parte 3 de mi escrito; en esta sección encontrarán el análisis musical formal -aunque la verdad me faltaron varios detalles. Por eso prefiero presentaciones, pláticas o conferencias de esto…es mucha información y, los que me conocen, saben que hablo muuuuuuucho.
Enjoy!
Crítica a una pregunta. Parte 2
Percepción teórico-analítica
Esta perspectiva responde a lo que tradicionalmente llamamos análisis musical; es decir, la demostración técnica de la coherencia u organicismo de piezas individuales de música 4. Siguiendo esa definición, pienso pertinente comenzar ésta sección exponiendo la estructura del andante con moto en distintos niveles:
- Estructura global. La cual consiste en poner, de manera resumida, las secciones que conforman el todo de este movimiento.
- Estructura interna. Ésta se referirá a los contenidos de cada sección, los cuales definirán el movimiento armónico que existe dentro de cada una, así como los temas o motivos musicales que la conforman.
- Estructura melódica y construcción de temas. Ésta intentará explicar el tratamiento que Beethoven hizo en sus temas para dar coherencia y organicidad a su obra.
Para esta sección cabe recordar el elemento que Beethoven usa a destajo durante el primer movimiento; la evolución de una idea seminal o primigenia. Con esto nos referimos a que todos los temas que se escucharán en el plano horizontal tienen su origen de una u otra forma de un fragmento que ya se escuchó.
Este recurso compositivo también es explotado en el segundo movimiento; para explicarlo hay que dividir el concepto de melodía en todas sus partes:
- Rítmica inherente. Es el orden de espacio que cada nota ocupa en el tiempo: su ritmo sin tomar en cuenta la altura o registro de la melodía que articula.
- Grados que conforman su construcción. Dependiendo de la tonalidad en la que nos encontremos, cada nota que conforma una melodía tiene un número y función dentro de una escala; un compositor meticuloso es congruente en el uso de los grados de una melodía al modular o al introducir nuevos temas melódicos.
- Momentos de reposo. Este apartado lo agregué expresamente para el análisis de este movimiento, ya que durante la escucha, resulta crucial la percepción de reposo sobre ciertos grados y momentos para la estructura formal de la pieza.
Durante el andante con moto vemos el uso de estos elementos desde dos perspectivas o acercamientos: a nivel frase y a nivel fragmento o partícula motívica. Éstos términos son el equivalente a mirar un objeto primero a simple vista y después a través de un microscopio.
Todos los elementos listados sirven como piezas de rompecabezas intercambiables; piezas que pueden acomodarse en distintos órdenes y lugares dentro del movimiento, como si cada uno fuera un color en la paleta de un pintor. Partiendo de éste entendido, Beethoven asegura coherencia y organicidad entre las partes, porque todo sale de elementos ya usados y escuchados.
Cabe resaltar que en este movimiento no hay progresiones armónicas marcadas e importantes. Esto es trascendental para mi, ya que usualmente son el recurso compositivo que se usa para poder generar movimiento y modulación. Siendo así, es curioso que Beethoven haya escogido usar otros medios para generar modulación y movimiento. Pareciera un reto ¿cómo generar movimiento armónico aparente sin progresiones? Más allá de si esta fue una interrogante real para Beethoven, podemos ver que realmente no quería moverse; es decir, realmente no quería construir una nueva tonalidad, sólo quiso desarrollarla.
Otro aspecto a resaltar, es que Beethoven suele exponer fragmentos estructurales importantes tres veces seguidas sobre la misma tónica, siendo siempre la tercera repetición una oportunidad obligada de cambio o transición hacia otra cosa (Fig. 6).
Aprovecho el uso de la Figura 6 para desarrollar sobre otros aspectos que también se encuentran en esos compases. En mi cuadro de análisis nombré a la Sección A.1: “Tensión y distensión inmediatas” porque en el compás 22 Beethoven expone lo que parece ser un nuevo Tema en p dolce sobre Lab mayor, el problema es que en el compás 32 resuena en sempre ff el mismo tema y en Do mayor. Podemos concluir que sí es un tema nuevo, pero la primera vez que suena es una preparación; una tensión oculta. Beethoven ofrece una distensión inmediata, porque expone la resolución en la nueva Tónica inmediatamente después (ver Fig. 6). A su vez, podemos ver que la rítmica inherente del nuevo tema es congruente con el fragmento de donde sale. Me explico: la rítmica a nivel fragmento se refiere a la proporción rítmica que existe dentro de una frase musical. En el segundo movimiento, Beethoven está en constante búsqueda de frases que se correspondan en tamaño y proporción entre sus elementos internos; que estén en balance. Ejemplo: desde la anacrusa del compás 7 hasta el primero tiempo del compás 9, Beethoven nos muestra una proporción de rítmica: corto (un tiempo)-largo/reposo (tres tiempos)-corto (un tiempo). Siendo ésa su estructura rítmica, el Tema del desde la anacrusa al compás 23 – 25 y su resolución en anacrusa a 32 – 35 siguen la misma rítmica inherente, ya que usan una proporción corto-largo-corto-largo.
Para no ahondar demasiado en el análisis musical formal de este movimiento, quisiera argumentar porqué la pieza parece una interrogante desde la perspectiva de teoría musical con una afirmación resumida: los momentos de reposo tanto armónicos, como en percepción auditiva, acontecen sobre la dominante; es decir Eb de Lab y Sol de Do.
A nivel de análisis musical, el segundo movimiento es una obra en constante desarrollo de sus elementos por medio de variaciones tímbricas, de registro, de agógica y de posición. La simetría y balance entre cada sección marcó dicho desarrollo, tanto así que después de la gran pausa sobre Lab M, Beethoven expuso la Sección A en espejo o en forma cancrizante-; es decir, comenzó por el final para volver a llegar al principio, garantizando simetría en peso armónico, duración y movimiento. Además, como se comprobó, el repetir tres veces cada fragmento de melodía/tema o sección sirve para: introducir, reiterar y permitir el cambio del tema. El uso consistente de éste recurso da coherencia y organicidad; lo cual se traduce a elocuencia y da valor a la forma del discurso musical, el cual construye sus contenidos con la noción de que cada repetición es una oportunidad de decir y afirmar las cosas de manera diferente.
Percepción estética
Con éste término realmente me estoy refiriendo a la crítica musical, que es el dar valor estético a una obra y ponerla en contexto para generar un puente entre la audiencia y la pieza musical.
Siendo así, podría tomar el concepto de simetría y balance para comenzar a describir el segundo movimiento, ya que fueron parte de los ideales deseados y buscados durante la Ilustración del s. XVIII; época en la que Beethoven compuso ésta obra y movimiento intelectual que el genio de Bonn abrazó totalmente por sus ideales de progreso, revolución, razón y virtud.
Al leer la correspondencia disponible sobre la publicación de la 5ta Sinfonía, no se vislumbra que Beethoven pensara que había compuesto una de las obras más importantes –si no es que el paradigma– del canon de la música occidental. Más bien parecen diálogos entre negociantes donde Beethoven busca sacar el mayor provecho económico de su obra. Siempre que esta situación aparece, me pregunto cuál era la relación entre el artista y su arte; es decir, qué es lo que el compositor, en este caso Beethoven, realmente pensaba sobre sus propias obras. ¿Eran sólo un medio para un fin? ¿Cuál era el objetivo? Sería del todo fascinante saber si les daba un significado extra musical o si la creación de la obra era sólo la respuesta a interrogantes y obsesiones personales sobre temas estructurales y fríamente relacionados con la retórica musical; es decir, con la composición. Ej.: cómo introducir la tónica, cómo construir formas o estructuras musicales o cómo es que un discurso/tonalidad/tema se construyen a través del tiempo.
Tal vez pienso de esta forma porque, como aspirante a compositora, me planteo éstas preguntas al abordar una obra. Aún así, después de diseccionar la obra desde las dos perspectivas que ocuparon mis páginas anteriores, puedo decir que es una pregunta; como una persona que tiene una duda existencial, la cual plantea y disecciona, pero al tratar de llegar a una solución, termina añadiendo más argumentos a su interrogante inicial. Es verdad que la entrada triunfal de Do Mayor no suena a una pregunta, pero para mi lo es a nivel de estructura musical por lo brusco de su llegada. ¿O acaso ésta llegada es realmente la respuesta a la pregunta inicial? Podría ser.
Por otro lado, otra interpretación de la obra tiene que ver con la repetición y su evolución. En análisis musical ya se comprobó que Beethoven nos muestra un tema mínimo tres veces para después cambiarlo y en algún momento mencioné que “usa la misma puerta” para entrar y salir de una tonalidad. Es justo aquí donde hay espacio para una “asociación del mundo material al sonido”.
Con el Segundo movimiento de su Quinta Sinfonía, Beethoven toca a la puerta tres veces para entrar en una nueva forma musical en donde el discurso se va construyendo poco a poco; primero de manera horizontal para después volverlo más denso y llegar a una construcción horizontal. Es un discurso revolucionario, donde el orador toma el podio para exponer sus ideales de progreso y evolución a través de una pequeña idea, la cual repite varias veces para que la audiencia despierte y entienda el mensaje. Beethoven es el orador y en un momento explota para mostrarnos la idea que siempre estuvo detrás de su discurso. Los argumentos no cambian, sólo se intensifican, se vuelven más densos porque a los argumentos expuestos inicialmente se les unen más voces que por unión y no violencia se vuelven más fuertes en volumen; se complementan, lo que les permite regresar o reiterar cualquier argumento ya dicho: unión de voces, revolución en la forma, fraternidad entre los temas musicales y libertad en el discurso. Damas y caballeros, la respuesta a la pregunta fue: la Ilustración es Beethoven.
Pamela Soria (CC BY-NC-SA 4.0) Licencia
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Jajajaja fistbump si entendieron. Vi una oportunidad…y la tomé. ↩
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El argumento se refiere a la música absoluta; es decir, la que no cuenta con letra ni texto que pueda ayudarnos a asociar algo específico a ella. Por ende, la música con texto o la música programática podría pensarse de otra forma, pero eso es otro paper ↩
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Se han omitido ciertos párrafos e imágenes a fin de no hacer el post tan largo…y también porque no quise :D ↩
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Kerman, Joseph. “How we got into analysis, and how we get out”. Critical inquiry, Estados Unidos, University of Chicago Press, 1980, Vol. 7, No. 2, pp. 311-331. ↩